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viernes 08 de enero de 2010

Todos los libros son pasado, a medida que se escriben se van volviendo pasado...



Antes de comenzar a leer el libro, he echado un vistazo a los capítulos más visibles,
(Aún inconclusos, llenos de tanta historia...)
Me acomodé en mi asiento, sabía que le libro que me disponía a leer
no iba a gustarme, sabía que al ir dando vueltas a las páginas llenas de tiempo,
amarillas de risas, o de polvo del olvido, iba a desear muy pronto
no haber comenzado la lectura.


Dado que el titulo del capitulo de este inquietante volumen,
me pareció atractivo a sobremera me entregue completamente a las letras,
pero cada vez que intentaba asimilar algún par de líneas...
Venían otras para deshacer mi intento.
Al dar vuelta al papel descubro palabras que definitivamente reconozco en mi vida
son de esta época, son de este mi tiempo y sin embargo son pasado
y a medida que voy avanzando entre las páginas
comienzo a saltarme los renglones, a leer sólo ciertas palabras.
(No por falta de interés, si no para calmar el atarantado torrente
de hilos de ayeres que caía sobre mis sienes y el dolor agudo que esto me provocaba)
Comienzo a tratar de no descifrar nada, de este libro escrito a mano, lleno de errores y sin acentos.


Y repito para mis adentros:
-Todos los libros son pasado, a medida que se escriben se van volviendo pasado.


Para convencerme a mi misma de pasar mis propias páginas, de guardar las cartas
en un sitio más oculto o de ya no sentir pena por lo pasados que se forjan aún un presente.
(Necesario o no.)
Me detengo un momento, respiro profundo, este libro que me parecía al principio
poco esperanzador, me ha llenado el cuerpo con un fantasma burlón e hiriente...
Aprieto mi boca en señal de desagrado y pienso. Qué será lo que viene si continuo leyendo?
A pesar de que lo he encontrado por casualidad, un día, abandonado en una calle,
cerrado pero llamándome a gritos...! Siento por alguna extraña razón que hay algo aquí
que debería entender... Pero soy un ladrón en esta historia, un intruso lector, un fantasma dentro de un fantasma.

De quién será este pasado? Quién ha escrito de su puño esta historia de amor? -Me pregunto,aun cuando el libro tiene un titulo y autor en portada.Pero aunque le conociera no sabría reconocer ni su letra, ni su tinta y me digo a mi misma.

-Es el pasado, es el pasado...Todos los libros son pasado, a medida que se escriben se van volviendo pasado.

He decidido terminar la lectura y al cerrar este libro, no se cuando tenga la oportunidad de hojearlo una vez más.Y por el contrario de lo que he pensado al inicio, este libro no me desagrada del todo,las risas amarillas, el polvo del olvido, el viento entre las páginas...Hacen que no me arrepienta de haber comenzado este pasado a medida que escribo mi propia historia.

Y respito para mi ser:

-Todos los libros son pasado, a medida que se van escribiendo se van volviendo pasado.

Y para bien o para mal, me doy cuenta... De que esta historia no acaba aún.

lunes 09 de noviembre de 2009

Rastros...




Los seres humanos somos así,
siempre vamos dejando rastros
presencias invisibles, olvidadas, perdidas
hasta que alguien les remueve
o les encuentra por ahí y les toma de la mano
sin saber que son...
Y como vuelven en subitas regresiones,
como andando tras las sombras que se escabullen,
entre los muebles de una habitación llena de polvo,
en un antiguo sabor de un beso,
en el perfume de un desconocido en la calle,
ese desconocido que abre las puertas
de las maquinas del tiempo que son esos rastros.

Si alguna vez te olvidé, hoy sé que no es cierto...
Por aquí siempre hay rastros de tu olor,
de nuestros lugares a los que ya no he vuelto,
de aquellas canciones que hablaban de distancia.
Pero no eres ahora más que eso,
un rastro, un olor, una canción, un lugar...
Un recuerdo que despierta de vez en cuando
cuando alguien por casualidad
habla de Lirios, del viento, o de revolución.
Cuando paso por aquella estación de buses
en la que nunca me despedí de tí.

Y yo me pregunto, en realidad me pregunto
si alguna vez te tocará mi rastro,
uno de los tantos que he dejado por ahí
sin niguna inteción, y sin ningún motivo
así como a mi me tocan tantos
incluso algunos ajenos...
O si abrás intentado acabarlos
sin éxito alguno,
porque bien sé yo que
ciertos rastros se descuelgan
y se guardan en cajones para no lastimar.

Pero hay unos,
que muy allá en el fondo

permanecen intactos,
hasta que algo los despierta.
A veces me recuesto... e intento revivirte,
traerte hasta aquí desde donde te encuentres,
recuerdo tu olor,
ese dulce sabor inconfundible de tus labios
y apareces cantanto, Anda me dices,
hay que salir a volar un rato.



...Gracias Bustelo por la inspiración.

viernes 06 de noviembre de 2009

Vespertinas



Aparece como una nube inesperada
cuando el sol se alza en el centro del cielo,
haciendo arder cada cosa que se exponga ante él...

La nube viene lenta y se posa justo debajo del sol,
mientras todo aquí abajo suelta un aliviado suspiro.
Pero ay! Todos sabemos que es pasajero.

Cuántas veces quisimos volver a encontrarnos debajo de aquellos árboles
donde las hormigas celebraban sus fiestas,
donde las largas ramas se dejaban pasear por el viento.

No nos preocupabamos de nada
bajamos corriendo las gradas de la vida, tomadas de la mano,
llevando los números revueltos con los cantos.

Rodeado de rosas nuestro pequeño mundo,
creíamos que nada podría traspasarlo
colmabamos los días de risas, de abrazos, de nervios,
de misas los sábados por la mañana, de díalogos sobre un escenario.

Eramos las florecillas de los verdes jardines
a veces también eramos quienes ven hacia arriba,
buscando los miles de brillos que el cielo regala...
Ahora somos gotitas que el viento esparció en un día de brisa.

Y aparece el pensamiento como una nube inesperada,
siempre que nos recuerdo,
Alegres y vespertinas.

miércoles 16 de septiembre de 2009

Recuerdos


Huyo de un recuerdo que me persigue pero que ya no es mio, pues el presente le arranco el valor que necesitan los momentos para ser recordados...
Me da pena volverlo a la memoria, me provoca tristeza que para alguien más, sea sino
un pasado ni siquiera digno de una subita remembranza, dulce como el vapor del rocio
al salir el sol...
Por eso huyo de el.
Hay quienes huyen de los recuerdos tristes de la muerte, de la crueldad del desamor,
de los engaños, de no poder borrar una marca grabada en la piel ocho años atrás,
de la llama viva de un deseo imposible...
Yo le huyo a la ignorancia , para que los recuerdos de alguien más y de los que soy parte,
no sean penosos, ni tristes, ni indignos.
Yo me lleno de recuerdos y los abrazo en la memoria, a cada uno con la misma ternura de las cosas que algún día fueron hermosos instantes o tristes desencuentros... Que pasaron ya....
Pero residen en la invisible conciencia de la eternidad que cada uno posee, sin los cuales searíamos siempre los mismos y que por ser abstractos, buenos o malos, a veces pasamos por alto y terminamos perdiendo en esa misma eternidad.
Yo no quisiera ninguno pasar por alto, para que nadie que sea parte de mi recuerdo o yo del suyo
tenga algún día la pesada tarea de huir de un recuerdo despojado de valor...
Y sean todos los recuerdos como rocio volviendo a las nubes del cielo, para volver a llena la memoria uno de esos días de lluvia o un amanecer en el que pequeñísimos brillos celestes
vuelvan a cubrir las flores.

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