jueves 24 de septiembre de 2009

Pon tus pies sobre mis pasos.



Existe un punto en el que todos los amores
covergen y hablan todos de una misma cosa
y todo brilla y todo se oscurece.
Hay un punto en el que amamos tanto...
Que cualquier pequeño gesto contrario
por leve que sea suele hundirnos.


Hay un punto en el que las distancias
se vuelven insoportables...
En el que los espacios, las cosas que faltan
y las que sobran, hieren y duelen.
Como alguien que nunca salio por esa puerta,
o comoa aquel que nunca volvió...
Y para los cuales no es necesario engañar,
ni mentir... Es simplemente así.


Pon tus pies sobre mis pasos
ven caminando con ellos hasta aquí
y dime que sentiste...
Si viste los rastros de mi en el camino...
Si te quemó el atardecer de los otoños
igual que a mí.


Cada segundo que sufrimos por amor,
cada paso lleno de esperanza,
cada entrega, cada latir acelerado de corazón,
te recuerda, me recuerda, nos grita!!
Esto es la vida.
Un mar inmenso de olas diversas
que nos bañan y envuelven.

Algunas nos llevan hasta las orillas
de islas perdidas,
otras nos hacen golpear contra las rocas
y otras nos llevan hasta donde alguien
pueda ponernos a salvo....
En cambio existen algunas en las que
somos el agua clara
cerca de la orilla...
Que baña a otras vidas...


Todas las esperas y caminos apresurados
la conforman y moldean tal y como debe ser.
Al final, si te da risa o te hace llorar...
Es tan justo, diferente e individual
como cada historia,
como cada existencia.

En el callejon..


En este callejon
entiendo,
comprendo,
guardo silencio
me escondo entre sombras
me adhiero a la noche,
difusa...
Disgregada!
Fantasma permanente.

Te entiendo,
me callo...
comprendo.
Tristes los ojos...
Me escondo y me quedo ahí
me abrazo al silencio...
Me disfrazo,
me desvanezco.
Lágrimas invisibles
recorren mi gran sonrisa..!

viernes 18 de septiembre de 2009

Tu vida no pasará


Llena de no tengo idea cuantos instantes bellos
de inicios de caminos recorridos a puro corazón
dejando botones y flores a cada lado de las sendas,
marcando fuertes los pasos en la tierra
dejando la huella imborrable de una mirada tierna
de una sonrisa abierta.


Todos llenos de recuerdos aún de los más lejanos
de tus primeros días, hasta estos (no últimos)
llenos de nudos en las gargantas
de miradas llenas de esa indescriptible embriaguez
como de olor fuerte de crisantemos al viento.

Aún cuando ya no nos encontremos,
a la par de los días, diciendonos alguna frase
a pesar de no tenerte en el abrazo de aliento
que más me animaba, ni en el beso al salir de casa
te sentirè en el futuro de la hojas de los árboles
y siempre en la más dulce memoria
te besarè como siempre lo hacía.

Aunque ya no te escuche, ni te vea
el recuerdo me traerá tus palabras
y las abrazarè con dulzura
me regalarás de cuando en cuando una sonrisa,
una expresión tuya
y podrè amarte como siempre lo he hecho

y estarás siempre junto a mi porque...

Tu vida no pasará...

Si al menos tuviera mi voz...


Si al menos tuviera mi voz
una franja central para vibrar,
si pudiera alcanzar los montes
y bajar por los abismos
sin encontrarse perdida,
fuera de la comodidad,
sin saber como regresar.


Si pudiera capturar la frecuencia
del sonido de una voz vagando
por el eterno espacio azul,
si pudiera encontrar el sonido...
De las palabras que se fueron,
de las que hirieron, de las que amaron.


Si pudiera encontrar la forma
de dirigir la mia
hacia un solo par de oídos
meterla dentro un Apolo
y enviarla directo a tu alrededor.


Si te pudiera explicar,
como el tiempo se lleva todo lo que quedó
y se va cada vez más lejos de nosotros
sin muchas palabras, ni bullicios,
sin guerras, sin reclamos
ni siquiera un pequeñisimo aliento
que podamos rescatar
de las garras del silencio.


Todo lo que quedó de las miradas
de los roces de piel,
de los perfumes, de los abrazos,
de las imagenes de paisajes....
Podrías escuchar esa vocesita suave...
Que habla a travez de los silencios.


Adios! Mi querido adios...


Los adioses son eternos...
Si consideramos que dejamos en ellos parte de nuestro propio ser
que desaparece de nosotros al instante de una despedida,
sea como sea, tierna, cortez, dolorosa o casi suicida.
Dejamos en ellos esos atomos de piel que se quedan
en un abrazo, en un apretón de manos,
en las lagrimas sobre los hombros,
en los besos en las mejillas.
La enegía en un agitar la mano
que vuelve apretada entre los llantos
de un envuelto para llevar
o de un papel de regalo....


Cada vez que digo adios!
Ese adios se repite en mí
y es como un eco, llevandose pedacitos mios...
Cada vez que lo digo en voz baja mientras me alejo
me abraza el silencio entre sus tibios suspiros
con sus miradas a los lejos
con la nostalgia de sus manos...


Ayer le dije adios! A un adios fantasma
que me seguía para despedirlo...
Me encontraba siempre con las puertas cerradas
y con los cerrojos puestos...
Por tanto tiempo no le deje marcharse hacia la eternidad,
por tanto tiempo no le cedí la parte de mi ser
que le correspondía.
Durante tantos años no le dejè ir
aún cuando ya era solo una despedida incompleta
porque otra mano ya había desplegado
letras y letras llenas de el
y me dejó tan poco!
Tan poco...!
Que no me quedo suficiente
para decir adios...


Mas ahora, luego de tanto aprisionarlo,
he liberado esas palabras, ese sentimientos letargo
al que tanto me aferraba...
Han descubierto la ventana frente a mis ojos
veo la luz resplandecer sobre los vidrios rotos...
Y los encontre listos para partir
Adios! Mi querido adios...



miércoles 16 de septiembre de 2009

La diferencia














Yo creí algún día haber amado,
alguien creyo amarme alguna vez,
De quién eran los ojos que me perseguian?
De quién era el silencio que me rodeaba,
De quién era la armadura fría?
la comisura de esa boca cerrada?
Nunca ha sido mia...


Nunca expando las alas sin encontrar alegrias
nunca me quedo los sufrimientos,
no guardo los vidrios rotos...
No hay nada que me impida ser feliz...
Alguna vez creí haber amado y fui feliz
alguna vez alguien me amó...
y fuí feliz.


Luego vino el sufrimiento,
inexorable plática pendiente
y se llevo la fantasía, la ilusion, la mágia,
lo prescindible de aquellos amores felices
Y luego llego el amor, el verdadero amor.


El que sentí aquel día
que la luz entraba por mi ventana
y nos golpeaba el rostro
y nos miraba a los ojos
mientras me abrazabas...


Y otra vez paso por aqui el sufrimiento,
solo que esta vez...
No se llevó nada.



Tiempo para correr (Dialogo)



Cierra los ojos, abre el corazón,
alza el vuelo...
Recuerdos, cargas, sufrimiento
vuelve a correr...
No me sigas, no me entiendas,
no me digas palabras que no crees.


Siempre vuelvo atrás
siempre me contradigo
siempre dos de regreso.


Yo digo siempre porque creo en tí,
siento en la cabeza un vibrar de taladro
no tienes solución en esta vida...
Guardas la felicidad para despuès,
apartas los enredos, te quedas vacio...
Todos se van , a nadie le importa
se rien de tu pena, adoran tu desgracia
te miran y no se acuerdan de tí,
te veo y no te reconozco...


No me preocupo, no me consterno
te abrazo y te beso,
mientras tu...
Me das tiempo para correr.

Pronostico de lluvia

Va a llover porque escuché una voz detrás de tí
que me hizo callar y abrio el silencio...
Porque vuelan en el aire los sonidos huecos
porque caen lágrimas del cielo,
porque hay un lugar que no necesita llenarse con nada,
porque existe a tu derecha una palabra
que me disuelve y me posterga
porque hoy es viernes,
y no me acordé de nadie...
Solo de tí...


Hoy llueve porque al otro de esta linea que nos separa
se acerca una oposición, una lucha, un desafío
un presagio y un final.
Llueve porque es casi octubre,
el mes de las lágrimas ahogadas
en la garganta del marinero silencio.
Oscuridad cortada en pedacitos,
uno para cada quién...


Llueve porque aún en el vacio
escucho agudos pasos cercanos,
que vienen de un camino en el este...
Traen un par de oscuridades,
con chismas de sol...
Y un trago amargo de Luna.

Ese día hace ocho años...

De ese día hace ocho años más o menos, no recuerda demasíado
no sabe la fecha, el día del mes, el año o el curso en el que estaba...
Lo deduce por la vaga imagen que tiene de si misma
sentada en la segunda fila de un grupo grande de chicas rezando el Padre Nuestro,
dando gracias por la rosas y los milagros,
escuchando un mensaje que no recuerda porque no ponía atención...

Esa es la imagen que posee de ese día, una niña pequeña,
sin ninguna gracia en especial,
sentada junto a otras chicas vestidas todas igual...
Como si se viese desde afuera, como si no quisiera ser parte de si misma ese día.
Se ve ausente, con los ojos irritados clavados en el cielo, confusa,
con ganas de llorar de nuevo,
Era una niña...
De doce años...

Que no tenía porque pensar en lo que estaba pensando:
En que antes de salir de casa ese día, tomó un baño
como nunca más tomaría uno igual...
Y no tomó el maldito jugo de naranja, vestido de blanco
engañoso y miserable!

Recuerdos


Huyo de un recuerdo que me persigue pero que ya no es mio, pues el presente le arranco el valor que necesitan los momentos para ser recordados...
Me da pena volverlo a la memoria, me provoca tristeza que para alguien más, sea sino
un pasado ni siquiera digno de una subita remembranza, dulce como el vapor del rocio
al salir el sol...
Por eso huyo de el.
Hay quienes huyen de los recuerdos tristes de la muerte, de la crueldad del desamor,
de los engaños, de no poder borrar una marca grabada en la piel ocho años atrás,
de la llama viva de un deseo imposible...
Yo le huyo a la ignorancia , para que los recuerdos de alguien más y de los que soy parte,
no sean penosos, ni tristes, ni indignos.
Yo me lleno de recuerdos y los abrazo en la memoria, a cada uno con la misma ternura de las cosas que algún día fueron hermosos instantes o tristes desencuentros... Que pasaron ya....
Pero residen en la invisible conciencia de la eternidad que cada uno posee, sin los cuales searíamos siempre los mismos y que por ser abstractos, buenos o malos, a veces pasamos por alto y terminamos perdiendo en esa misma eternidad.
Yo no quisiera ninguno pasar por alto, para que nadie que sea parte de mi recuerdo o yo del suyo
tenga algún día la pesada tarea de huir de un recuerdo despojado de valor...
Y sean todos los recuerdos como rocio volviendo a las nubes del cielo, para volver a llena la memoria uno de esos días de lluvia o un amanecer en el que pequeñísimos brillos celestes
vuelvan a cubrir las flores.

jueves 10 de septiembre de 2009

En el infierno...




Los esquizofrenicos, los paranóicos, todos los enfermos mentales vagan por estas peatonales...
Los borrachos, las prostitutas, los travestis viven también de este lado y son mi familia.
Los rostros que se cubren en el día con sus trajes caros con sus cabellos peinados
y sus sonrisas blancas, vuelven a este lugar todas las tardes, yo les saludos cuando pasan.

Buenas tardes Sr. Diputado, buenas tardes Licenciada, Doctor, que le vaya bien!
He aquí que yo sé quienes son, he aquí que estan desnudos pero yo los llamos por el nombre de su máscara...
Para no hacer su infierno más vergonzoso.

Aquí nací, no he podido elegir, aquí nació mi pabre, el que se fué...

Y vive en un infierno de Atlantic City, cerca del mar.

Aquí escuche por primera vez la historia del hombre que murió de amor y de la mujer que se volvió loca.

Aquí encontré a Dios o El me encontró a mi, aquí me habló y desde aquí le alzo mis plegarias de vez en cuando...

Por aquí ví a muchos hombres morir por "balas perdidas" y también les ví morir de hambre... En este lugar.... En donde los muertos no van a ninguna parte.

Aquí nació la pobreza y le gustó tanto que nunca logramos echarla...

He aquí El Pedregal de mi vida, mi pequeño infierno castaño.

Donde las llamas arden, en las palabras de fuego de una boca amarga y queman casi cualquier voluntad.

Este infierno no esta bajo la tierra, sino sobre ella, bajo el techo de los pensamientos mezquinos, sobre los pizoteados, sobre las cabezas de los habitantes de esta casa, que marchan cargando pesados bloques para terminar pronto de desarmar. De reemplazar con hologramas de cielo y sonrisas, las paredes de este hogar de alquiler que al parecer no merecen.

Vivo en este infierno que es el lugar más seguro del mundo, donde estoy a salvo siempre de poder sorprenderme, de las atrocidades, de los crímenes, los robos, la corrupción, la injusticia... De las pequeñas travesuras de los hombres aburridos;
Aquí en el infierno jugamos a escupir rostros, a desacreditar sueños, a romper ideales.
Cada hombre corrupto nació en este esplendido vecindario, cada ladrón fue algún amigo de la infancia, cada asesino fue o es mi vecino de al lado y cualquier enfermo recuperó la salud cuando tocó a mi puerta, vio lo que vio, y comprendió que habia vivido mejor de lo que creía todo este tiempo.

Cada flor que crece en este jardín es un cardo, los poetas vienen a visitar mi habitación cuando tienen sed de ideas, y persiguen mis sueños, como una abeja buscando nectar y yo no se los escondo, como la lluvia encontrando a los árboles se los pongo entre las manos y les digo: -Son tuyos!

Cada sueño que poseen de mi, es un grito alzado al cielo y los poetas se van, y los poemas se olvidan y el infierno vuelve.

No me siento un hombre malo por vivir en el infierno, no me creo mejor que los que encuentran en las calles la paz nocturna del resitol, no me creo mejor que el rico, ni más bajo que los miserables pobres que abundan en todos lados, simplemente es este el lugar donde habito, donde transcurre mi existencia, no se porque motivo ni que razón, solo existe para que esta sea mi residencia...

Pero no me creo eso de que la vida es un mar de sufrimientos.

Vivo en el infierno pero a veces alguien gira la perilla del ventilador y rafagas pesadas de inviernos polares entran por mi ventana como si fueran pequeñas olas de viento que refrescan mi frente... Y mi rostro sonrie un poco, porque no sufro más cuando un viento me roza.
Creo en la vida, sea como sea que se viva, o donde se viva no importa demasiado.
Creo en cada hombre de este mundo y en que cada uno posee su propio infierno, del cual nunca logra huir por completo, comprendo, que refugiarme en el ha sido de gran ayuda.
Si tomas de mi mano y me brindas un respiro, si me devuelves algo el aliento;

Me siento agradecida...

Por dejarme a veces alcanzar el cielo

y por dejarme formar parte de tu infierno.

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